Tiempo en mov. : 3.30 h.
Ruta : Circular
Dificultad : Moderada
Hoy realizamos nuestra ruta por el termino de Anna, nombre en
árabe que significa “ojos de agua “, y el recorrido hace merecido este nombre ,
pues estamos en continuo contacto con el agua, por el rio Anna, el rio Sellent,
las cascadas y las innumerables fuentes que nos acompañan a lo largo de todo el
recorrido.
Llegamos a Anna, por la autovía A7 y tomamos la salida de
Estubeny, y después continuamos por la CV590, hasta encontrar el desvío de
Anna, y nos acercamos a la población y tomamos el primer desvío a la derecha,
dejando la Albufera a nuestra izquierda, y cerca del campo de futbol dejamos el
coche, para comenzar la ruta.
Bajamos por la avenida ancha en dirección al rio hasta el
final, y giramos a nuestra izquierda, hasta encontrar una pista asfaltada que
paralela al rio, va bordeando la población, y que en algunos tramos la cruzan
pequeños riachuelos, que junto a una arboleda muy densa, hace de esta parte una zona
muy agradable.
Enseguida nos encontraremos por esta pista con la fuente de
abajo, que brota entre unas rocas, con mucha agua, cosa que en estos tiempos de
sequia, se convierte en todo un placer, y que desborda por el camino, hasta
llegar al barranco.
Siguiendo la pista llegamos a la fuente de los cinco caños,
en un entorno con bancos de piedra para su descanso y enormes plataneros que
proporcionan una sombra y un enclave agradable para disfrutar del lugar.
Continuando por la pista nos encontramos con un desvío a
nuestra derecha que nos conduce al Gorgo Catalán, piscina natural, con ocho
metros de profundidad en la parte de la cascada y donde se baña la gente del
pueblo, y que esta acondicionada con escalerilla, incluso un pequeño trampolín,
y que rodeada de vegetación y arboleda, hace de este espacio algo
imprescindible en verano, también tiene una zona de picnic, con mesas para el
disfrute de la naturaleza.
Desandamos este tramo de la pista y nos encontramos con el
nacimiento del manantial de la fuente Negra, un entorno con mesas, pasarelas
que la cruzan y unos enormes arboles que proporcionan una zona de descanso muy
agradable.
Abandonamos la pista asfaltada, y tomamos la senda de tierra
en ascenso a nuestra derecha durante aproximadamente medio kilometro, hasta
coger un desvío a nuestra derecha, poco señalizado, que nos lleva en una
pronunciada pendiente hasta el rio, y el enlace con el GR, que nos
encontraremos al final del descenso.
Seguimos el curso del rio Anna, hasta cruzarnos con la
confluencia del rio Sellent, que cruzamos por un pequeño paso por unas tablas
de madera, un poco inseguras, pero tampoco es complicado su paso. Continuando por
la senda llegaremos en ascenso de nuevo a una fuente con bastante caudal, y que
esta dentro de una zona, con una pequeña presa y canalizada entre viejos y
abandonados sistemas hidráulicos, y pozas, que en su momento fueron utilizadas
para la extracción de sal, pues esta fuente tiene la particularidad de ser de
agua salada, hoy ya solo quedan los vestigios de lo que fue una salina hace ya
bastante tiempo.
Desde aquí emprendemos una suave pero constante subida entre
campos de olivos, granados, la mayoría silvestres, y alguna nueva plantación de
persimón, que nos lleva hasta una masía “villa Sarrión”, donde encontramos otra
fuente natural, y donde aprovechamos para refrescarnos y descansar, y hace que
los manantiales de agua sean una constante en esta ruta.
Tomamos la pista asfaltada que en ascenso nos introduce en
una senda dentro de una densa pinada, que ya como el sol empezaba a calentar se
agradece y hace de este tramo una zona muy agradable, hasta llegar a una zona
donde tenemos unas fantásticas vistas de la población desde un mirador, que
hace que el paisaje y los colores del otoño un entorno para recordar, y desde aquí
emprendemos el descenso hasta el rio Anna.
Aquí empieza la parte más espectacular de la ruta, pues una
vez que llegamos al rio, vamos por una estrecha senda, en paralelo al rio y entre
una exuberante vegetación fluvial, con un grado de humedad tropical, y a veces
hasta con dificultades para pasar, por la cantidad de plantas y lo húmedo del
terreno, hasta llegar a la gran cascada que desde 30 metros de altura, y con
distintas caídas, hace de este rincón escondido un entorno espectacular y puedes
disfrutar de un lugar increíble para admirar la grandeza de la naturaleza.
No estábamos solos, pues había un grupo de alpinistas
realizando un descenso en rappel por la cascada, que era verdaderamente impresionante.
Abandonamos la cascada por el mismo camino que llegamos hasta que encontramos
en una parte más estrecha del rio, un palet de madera que nos permite cruzar a
la otra parte, no con demasiada seguridad, pero suficiente para vadear el
caudal del rio.
Volvemos por el otro lado del rio, por una senda que presenta
bastante dificultad, por su estrechez, su poca señalización y porque hay tantas
cañas y vegetación que hace en momentos complicado el paso por ella. Como es
complicada de seguir nos tenemos que orientar por el ruido y la visión de la
otra cascada del camino, y a la que llegamos después de una escarpada subida, y
nos encontramos con la cascada de los Vikingos, más pequeña que la anterior,
pero como la pasas mucho más cerca y prácticamente tienes que cruzar por bajo
de ella, el agua pulverizada en el paso hace que salgas un poco mojado del
paso.
La cruzamos por una pasarela, que esta bastante desmontada,
pero sin demasiada dificultad, y por un estrecho túnel entre cañas abandonamos
este lugar, con todavía el ruido del agua que golpea fuertemente la roca, y
emprendemos el ascenso, por una zona complicada, pues no hay ninguna senda
marcada, y en ocasiones teniendo que retroceder para encontrar algún paso
alternativo, hasta encontrar la antigua fábrica de telares, en ruinas y que funcionaba
con energía hidráulica, y que nos indica la senda que nos devolverá a la población
en un suave ascenso.
Enseguida entramos en la población y la atravesamos en dirección
al campo de futbol, donde tenemos el coche. La ruta es sorprendente, variada,
divertida y con unos tramos espectaculares, pero creo que imposible hacerla sin
GPS, pues prácticamente no hay ninguna señalización en gran parte del
recorrido, y hasta con el track en ocasiones hemos tenido dificultades de orientación,
pero recomendable para un dia de montaña y un entorno de fuentes, cascadas y ríos
que hacen de esta ruta una aventura.