24 abril, 2011

PICAYO



Distancia : 16 Km.
Duración : 3,30 h.


Abortada la salida prevista hacia Simat de la Valldigna por las inclemencias del tiempo, pero con ganas de salir a la montaña, me dispongo a ascender al monte Picayo, por una ruta que no conozco y que me apetece recorrer.
Me dirijo por la autovía de Teruel en dirección a Gilet y antes de llegar al pueblo y nada mas pasar la gasolinera, llego a la urbanización del Romeral, donde dejo el coche, y desde allí mismo comienza la ruta, abandonando en ascenso muy pronunciado los chalets, y enseguida entramos en una zona de pinares, con mucha vegetación y que en muy poco tiempo nos lleva a un cerro con un sendero estrecho, que nos va llevando con continuas subidas y bajadas por un recorrido muy frondoso y agradable en una mañana que poco a poco va abriendo el cielo hasta aparecer un sol que va calentando cada vez mas. Tras un recorrido muy comodo llegamos a una torrentera donde encontramos un poste eléctrico, y por ella descendemos de una forma muy directa al barranco, el descenso se hace complicado, pues tiene mucha piedra suelta y debido a las ultimas lluvias hace que sea bastante resbaladizo, pero con precaución, llegamos al barranco y a una zona de chalets, en la que encontramos la señal que nos indica el ascenso al collado de Gausa por una camino con mucha vegetación y con unas subidas bastante duras, pero que alcanzo en poco tiempo.
Una vez en el collado de Gausa, tomo la dirección de enlace con el sendero GR-10, y desde donde ya se divisan las antenas del alto del Picayo, recorriendo este camino con algún que otro ascenso duro nos hace cruzar la pista de subida al Picayo, por la cual y ya por una pista ancha y en suave ascenso vamos llegando hasta el cruce de caminos que indica el poste, por el que podemos continuar el ascenso al Picayo, o dirigirnos hacia Puzol. Continuamos la pista de subida al pico y ya por una pista asfaltada llegamos a la zona de las antenas, y seguimos hasta llegar al alto del Picayo, donde el punto geodésico nos indica que hemos coronado el alto de 330 metros y donde se encuentra la Cruz que identifica este alto.
Después de descansar y disfrutar de unas vistas preciosas de toda la costa mediterranea, y de un brillo del mar que asemeja a un espejo inmenso, y de todas las poblaciones costeras del camp de Morvedre y de l´Horta Nord, retomamos el regreso por la misma pista por la que hemos subido y que continuamos en suave descenso hasta llegar a Santo espíritu, que abandonamos en dirección a Gilet, atravesamos el pueblo y me dirijo hasta la urbanización del romeral donde he dejado el coche.

Disponible álbum fotográfico.

16 abril, 2011

EL MONTGÓ

La Cova de l'Aigua y el Racó del Bou



Duración estimada: 3 h. 30 min.
Dificultad: media

Se inicia la ruta en la ermita que se construyó en los años 80, junto a la caseta del Pare Pere (S. XVII), . A pocos metros de esta, empieza el camino de la colonia, hay una cadena que impide el acceso al parque de vehículos motorizados, y desde aquí comenzaremos la tranquila ascensión por esta cómoda pista.
Llegaremos a una bifurcación de esta pista y tomamos el camino de la izquierda, hacia el este. Aproximadamente a 200 m., parte una estrecha senda a la derecha que asciende hasta el pie de los paredones de esta cara Norte del Montgó. En esta zona, de ambiente bastante húmedo y fresco, es frecuente la presencia de helechos y plantas típicas de las zonas humedas de las montañas mediterráneas; No debemos olvidar que nos encontramos en una microrreserva de flora, y que muchas de estas plantas que nos rodean están estrictamente protegidas.
Conforme ascendemos, el paisaje se hace más impresionante, y podremos abarcar con la vista, todo el golfo de Valencia, las montañas de la Safor, Cullera, el Mar Mediterraneo y, en días claros la Isla de Ibiza, al este en el horizonte.
Una vez alcanzada la base de los paredones, para llegar a la Cova de l'aigua tendremos que tomar la bifurcación de la senda que va hacia el este, y llegamos a unas empinadas escaleras que nos conducirán a la cueva, antes de entrar en esta, encontraremos una inscripción romana incisa en la roca datada en el 238 a. C, y que esta protegida por una reja metálica. Un poco más arriba, siguiendo las escaleras, se entra en la cueva que recoge en su interior el agua de lluvia filtrada por la roca caliza que forma el Montgó; el agua es retenida por un estrato de arcillas margosas impermeables. En tiempos pasados esta pequeña cueva se acondicionó para hacerla servir como depósito de agua, que después se aprovechaba canalizándola para el consumo humano, e incluso para regar pequeñas huertas a los pies del Montgó.
Volviendo sobre nuestros pasos y siguiendo siempre las bifurcaciónes de la senda en dirección oeste, recorreremos la parte más frondosa de la umbría del Montgó, y podremos ver algunas de las especies más escasas del parque. Poco a poco iremos descendiendo hasta el Racó del Bou o de l'ull de Bou, así llamado por la forma que tienen los paredones desde este punto, donde volveremos a tomar el camino de la colonia que nos devolverá a la ermita del pare Pere



Disponible álbum fotográfico.-