Distancia : 8 Km
Ruta: Circular
Tiempo en mov.: 2.5 horas
Dificultad: Facil
En el término
municipal de Soneja se encuentra el paraje Natural de La Dehesa, un entorno
protegido y que vale la pena disfrutar, el camino PR-CV320 que parte desde el
centro de visitantes a la entrada de Soneja, es el punto de partida para llegar
a La Dehesa a lo largo de sus 11 Km de recorrido.
El sendero es
lineal, y es de ida y vuelta, por lo que optamos por la opción de acercarnos en
coche hasta las proximidades de la Dehesa para poder hacer una ruta circular
que nos permitiera visitar el paraje de una forma más cómoda.
Llegamos por
la Autovía Mudéjar hasta la salida de Algar del Palancia, y nos dirigimos en
dirección a Algar y tras pasar la primera entrada a la población continuamos
recto rodeando el pueblo, y tras pasar el estrecho puente que cruza el rio
tomamos un camino asfaltado por la izquierda, abandonando la carretera.
Esta pista asfaltada
y en no en muy buen estado, nos conduce aproximadamente durante cinco
kilómetros, por una zona boscosa de pinos y alcornoques, tupida y sinuosa, y
siguiendo la indicaciones del Rancho El Paso vamos obviando todos los demás
desvíos.
Enseguida llegamos al Rancho, donde dejamos el coche y nos sorprende la
entrada del rancho, con una calavera de un vacuno, pues más parece que nos
encontremos en el lejano oeste que en la provincia de Castellón.
Tomamos la pista de tierra ancha y en ascenso delante del rancho y vamos
acercándonos hasta el poste indicador del ascenso a la Dehesa, que nos ofrece
dos alternativas, nosotros optamos por subir por la derecha, por la Trocha, y
al regreso volveremos por la otra ruta.
Enseguida pasamos por una zona recreativa, con mesas y zona de picnic y con un
cartel explicativo de la zona, y continuamos la pista hasta encontrar un desvío
a la izquierda, bien señalizado que nos indica que entramos en la zona de la
Dehesa.
Ahora ya en continua subida, y por la trocha, comenzamos el ascenso a la
Dehesa, por una senda pedregosa, pero como las piedras son grandes no la hace
demasiado complicada, y sin abandonarla durante aproximadamente dos kilómetros
de subida tendida llegamos hasta el paraje de la Dehesa.
Desde aquí y en una ruta circular de aproximadamente un kilometro y
perfectamente señalizada visitaremos los sitios más relevantes de este entorno.
Tomamos la senda por la izquierda y enseguida veremos el desvío a la peña de La
Cagá que tomamos y entre losas de rodeno y señalizado por postes rojos vamos por
un camino entre pinos y monte bajo.
Llegamos hasta la cantera de
Ruejos, que hasta principios del siglo pasado suministro de muelas (ruejos) a
todos los molinos tanto de aceite como de harina que abundaban por la zona,
todavía se pueden observar alguna de ellas en proceso de fabricación, resulta
muy curioso.
Enseguida llegamos a la peña
de La Cagá, y nos acercamos al mirador de la Cagá, que como el dia es
esplendido nos ofrece una vistas preciosas del valle del medio Palancia y a lo
lejos la sierra de Javalambre, donde aprovechamos para almorzar y disfrutar de
las vistas.
Retomamos la senda y tras coronar la peña, nos dirigimos en descenso hasta otro
de los puntos interesantes de la zona, El Arenal, una antigua laguna desecada y
hoy un humedal estacional, que hasta hace pocos años se utilizo para la
extracción de arenas y gravas, llama la atención la superficie arenosa de la
misma.
La abandonamos por la
izquierda y continuamos la senda hasta encontrarnos con un enorme
pino.....impresionante, que esta junto a la Laguna de la Dehesa, y desde donde
accedemos a un mirador de madera que te eleva sobre la misma para poderla
observar en su totalidad.
La peculiaridad de esta laguna de montaña, es que es la única en toda la
comunidad Valenciana cuyo aporte acuífero es exclusivamente por agua de lluvia
y solo evacua por evaporación, como los famosos ibones del pirineo, es
verdaderamente curioso.
Aprovechamos
después para acercarnos al borde de la misma, para disfrutar de la abundante
vegetación de ribera y de la cantidad de fauna autóctona que la habita, y el
intenso croar de la cantidad y especies de batracios que viven en ella.
Bajamos por la pista ahora entre campos de almendros y olivos, impresiona el
tamaño de estos olivos centenarios y lo cuidados que se encuentran, hasta
llegar a la entrada de la mina Canasta, una mina de Barita abandonada hace más
de cincuenta años.
Nada más abandonar la mina debemos estar atentos pues sale a la izquierda un
desvío no señalizado, excepto por una pequeña fita , que por una senda a la
izquierda y entre almendros y alcornoques nos lleva hasta el desvío que tomamos
al inicio de la ruta.
Desde allí y en un paseo volvemos al punto de inicio y damos por finalizada una
ruta corta y sencilla, pero muy bonita e interesante, y cabe destacar la
cantidad de vegetación y los colores del monte bajo del paraje que hacen del
recorrido 100 % recomendable.
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